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Dimite la consejera de Salud andaluza tras la crisis por los fallos en el cribado de cáncer de mama

La consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Rocío Hernández, ha presentado este miércoles su dimisión tras la fuerte polémica provocada por los errores detectados en el programa de detección precoz del cáncer de mama. La renuncia se produce después de días de creciente presión social, política y sanitaria por la gestión del caso, que ha dejado en entredicho el funcionamiento del sistema de cribado y la respuesta institucional ante las afectadas.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, ha confirmado la dimisión en una comparecencia convocada de forma inesperada a las 20:30 horas. Durante su intervención, Moreno ha asegurado que acepta la decisión “por respeto a la responsabilidad y al compromiso público” de la consejera, y ha destacado que “ha gestionado con errores y aciertos, pero con honestidad”. El mandatario andaluz ha anunciado además una “renovación profunda” en la estructura sanitaria de la comunidad para “recuperar la confianza de la ciudadanía”.

La crisis estalló tras conocerse que miles de mujeres no recibieron la comunicación adecuada después de someterse a mamografías con resultados dudosos. Según los datos reconocidos por la propia Junta, unas 2.000 mujeres podrían haberse visto afectadas por fallos en el seguimiento de las pruebas realizadas en los últimos años. La Consejería se ha comprometido ahora a revisar todas las mamografías realizadas en el marco del programa de cribado desde 2022 y a contactar individualmente con cada paciente.

Asociaciones de pacientes, como AMAMA, han calificado la situación de “gravísima negligencia” y han exigido depurar responsabilidades “hasta las últimas consecuencias”. Durante una concentración celebrada frente a la Consejería de Salud, representantes de la organización insistieron en que “no se trata de un error ni de un fallo de comunicación, sino de una negligencia absoluta que podría tener consecuencias penales”.

Las disculpas públicas ofrecidas por la propia Hernández y por el presidente Moreno no han sido suficientes para calmar la indignación de los colectivos afectados ni de los sindicatos sanitarios, que reclaman una auditoría independiente y una mejora urgente de los protocolos de detección.

La dimisión de Rocío Hernández abre ahora un periodo de incertidumbre en la Consejería de Salud, mientras la Junta de Andalucía intenta contener los daños políticos y recuperar la confianza de la ciudadanía en uno de los programas de salud pública más sensibles del sistema.