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Un Domingo de Gloria pasado por agua en Granada, con un único cortejo bajo techo: los Facundillos

Reportaje Ramón Martín

Motril@Digital – El esperado Domingo de Resurrección en Granada se vio empañado por la lluvia, que obligó a suspender todas las salidas procesionales previstas para la jornada. Lo que debía ser un día de júbilo y campanas se convirtió en una jornada de resignación y prudencia para las hermandades granadinas, que decidieron no arriesgar su patrimonio ni poner en peligro la seguridad de sus cortejos ante la inestabilidad meteorológica.

Las hermandades de Los Facundillos, Resurrección y Triunfo, Resucitado y Alegría, comunicaron a lo largo de la mañana la suspensión de sus respectivas estaciones de penitencia, sumando una nueva página de pesar en una Semana Santa que, aunque intensa y participativa, no pudo cerrarse con el esplendor habitual del Día de Gloria.

Sin embargo, el silencio de las calles no fue absoluto. En el interior del convento de Santo Domingo, un rayo de esperanza y ternura se abrió paso con la decisión de la Hermandad de los Facundillos de realizar su procesión dentro del templo. En un gesto de cariño hacia sus hermanos y especialmente hacia los más pequeños, la corporación llevó a cabo un cortejo simbólico alrededor de la nave del templo dominico, desde donde cada año parte la cofradía de la Humildad.

Los auténticos protagonistas fueron, como manda la tradición, los niños y niñas ataviados con túnicas blancas y campanillas de barro, que acompañaron con entusiasmo y alegría al Dulce Nombre de Jesús, una tierna imagen atribuida a Torcuato Ruiz del Peral, que representa al Niño Jesús Resucitado con un rostro sereno y gesto de expresión de gracia.

El acto, íntimo pero lleno de emoción, estuvo acompañado musicalmente por la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús, formación perteneciente a la propia hermandad, que llenó el templo de sones festivos y acordes de Resurrección, devolviendo por momentos el espíritu alegre que caracteriza esta jornada.

A pesar de la meteorología adversa, la Hermandad de los Facundillos logró mantener viva la esencia del Domingo de Gloria, recordando que la Semana Santa también se celebra desde la sencillez, el recogimiento y la fe compartida, incluso cuando la lluvia obliga a cambiar los planes.