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Motril.- La Divina Pastora recorre con fervor las calles del barrio de los Capuchinos

Motril, — El barrio de los Capuchinos volvió a vestirse de gala este fin de semana para acompañar a su Patrona, la Divina Pastora, en una de las procesiones más queridas y esperadas del calendario religioso motrileño. Desde primeras horas de la tarde, el bullicio de los preparativos se mezclaba con el repique de campanas y el olor a incienso que anunciaba la inminente salida del cortejo desde la parroquia de la Divina Pastora, corazón espiritual del barrio.

Puntualmente, se abrieron las puertas del templo y la imagen de la Reina de Capuchinos apareció entre aplausos y el sonido inconfundible de la Banda de Música Las Golondrinas (Vélez-Málaga) que interpretaba los primeros compases de «Petalá a la Reina de Capuchinos». La Virgen, con su característica iconografía de pastora y cayado, lucía terno de gala que incluía una saya bordada en oro, un manto rojo, y solapas bordadas. Su atuendo se complementaba con una pamela de encaje, un tocado delicado, y la mantilla goyesca de blonda española y encaje de chantilly.

El recorrido llevó a la comitiva por las principales calles del barrio, donde algunos balcones engalanados con colgaduras y mantones recordaban el profundo cariño de los vecinos.

El cortejo procesional estuvo formado por la alcaldesa de Motril y miembros de la corporación, representantes de las distintas hermandades y cofradías de la ciudad, junto a autoridades locales y numerosos devotos. Momentos especialmente emotivos se vivieron al paso de la Virgen por la antigua casa de los capuchinos, donde los más veteranos del barrio recordaron los orígenes de esta devoción centenaria, nacida al calor del convento franciscano.

La procesión culminó con el regreso de la Divina Pastora a su templo poniendo fin a una jornada marcada por la fe, la tradición y la unión vecinal, reafirmando una vez más que la Divina Pastora no solo es símbolo religioso, sino también el alma viva de esta entrañable comunidad motrileña.