Más de la mitad de los adolescentes españoles va a clase con falta de sueño
El 52,4% de los adolescentes españoles duerme menos de ocho horas entre semana, una cifra alarmante que afecta negativamente a su rendimiento académico y a su salud emocional. Así lo han advertido hoy expertos reunidos en una jornada de sensibilización organizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Alianza por el Sueño, en el Instituto de Educación Secundaria La Minilla, en el marco del 31º Congreso Nacional de Médicos Generales y de Familia.
El evento ha puesto el foco en la importancia de una correcta higiene del sueño como pilar del desarrollo físico, cognitivo y emocional en niños y adolescentes. Durante la jornada, el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de SEMG y miembro de la Alianza por el Sueño, ha alertado sobre los factores que alteran el descanso en los jóvenes: el uso excesivo de pantallas, la presión académica, el consumo de cafeína, los horarios irregulares y la automedicación.
En este sentido, Canarias destaca con datos especialmente preocupantes. Según la última Encuesta ESTUDES, el 20,5% de los adolescentes canarios entre 14 y 18 años ha consumido hipnosedantes alguna vez —superando la media nacional del 19,6%— y un 11,6% lo ha hecho sin receta médica. Esta práctica, según Armenteros, incrementa el riesgo de dependencia, deterioro cognitivo y problemas emocionales.
Además, el 83,5% de los jóvenes en las islas utiliza dispositivos electrónicos antes de dormir, lo que impacta directamente en la calidad del sueño. Esta sobreestimulación cerebral está vinculada con un aumento de los trastornos del sueño y otros problemas de salud mental. De hecho, Canarias presenta una de las tasas más altas del país en este ámbito: 458 casos por cada 100.000 habitantes, frente a la media nacional de 357.
Los especialistas alertan también sobre el fenómeno del “jetlag escolar”: el intento de recuperar horas de sueño durante los fines de semana. El 48,1% de los menores duerme más de lo habitual en esos días, lo que evidencia un déficit acumulado que repercute en su concentración y estado anímico.
La jornada concluyó con un llamado a la acción. Armenteros subrayó la necesidad de implicar a padres, docentes y profesionales sanitarios en la educación sobre el sueño y la prevención del consumo de psicofármacos. “El sueño debe cuidarse tanto como la alimentación o el ejercicio. Es hora de tomárselo en serio”, afirmó.