1 / 57

La Peza revive su gesta heroica de la guerra de la independencia : 15 años de pólvora, cañones de madera y orgullo carbonero

La Peza convierte sus calles en escenario vivo de la Guerra de la Independencia

El pueblo celebra el XV aniversario de la recreación del Alcalde Carbonero, héroe inmortalizado por Pedro Antonio de Alarcón

Reportaje Ramón Mratiín (Motril@Digital).– El pueblo entero de La Peza volvió este sábado a retroceder en el tiempo más de dos siglos. Desde temprano, las calles comenzaron a llenarse de vecinos vestidos de época, balcones engalanados con banderas negras y fachadas que parecían sacadas de otro siglo. El sonido de la pólvora, los tambores y los pasacalles anunciaban que no era un día cualquiera: se conmemoraba el XV aniversario de la recreación histórica del Alcalde Carbonero.

La representación hunde sus raíces en un episodio de la Guerra de la Independencia, cuando en 1810 los franceses ocuparon Guadix y extendieron su dominio por la comarca. En La Peza, los vecinos, guiados por Manuel Atienza, improvisaron una defensa heroica contra las tropas napoleónicas, armándose con trabucos, hoces y un cañón de madera que acabó estallando en plena refriega. La historia fue recogida años después por el escritor accitano Pedro Antonio de Alarcón en su narración El Carbonero-Alcalde, dentro de las Historietas Nacionales, y desde entonces ha pasado a formar parte de la memoria popular.

Quince años lleva La Peza convirtiendo su casco urbano en un escenario vivo para recordar aquel levantamiento. Y la de este sábado fue una edición especial. La plaza mayor se transformó en el corazón de la historia: figurantes de todas las edades dieron vida a campesinos, guerrilleros y soldados franceses, mientras el público abarrotaba cada rincón, siguiendo con expectación un relato que alternaba la narración teatralizada con escenas costumbristas.

Uno de los momentos más impactantes llegó en la Huerta del Pañero, donde se escenificó la fabricación y disparo del rústico cañón de madera. Entre humo, chispas y estampidas, el artefacto terminó reventando, igual que en 1810, provocando asombro entre los asistentes. La escena simboliza el arrojo y la precariedad con la que los vecinos se enfrentaron a un ejército profesional.

En la iglesia parroquial se vivió otro instante de gran solemnidad: la bendición de los guerrilleros antes de partir a la batalla. Los vítores resonaban al unísono, recordando los gritos que entonces animaban a resistir: “¡Viva Dios, viva la Virgen, viva España, mueran los franceses!”.

La implicación vecinal volvió a ser la clave. Jóvenes y mayores participaron en la escenificación, ambientando talleres, tabernas o la herrería, mientras los niños, con heridas ficticias pintadas en sus rostros, daban un toque de realismo que arrancaba sonrisas y comentarios del público. Todo el municipio se convirtió en escenario, siguiendo la recomendación de engalanar balcones y mantener persianas cerradas para dejar paso al estruendo de la pólvora sin riesgo para los cristales.

La jornada concluyó en tono festivo, con la verbena celebrada en las Escuelas Viejas y la música de la orquesta Omega, que reunió a vecinos y visitantes tras una intensa jornada de historia representada.

Quince años después de su nacimiento, la recreación del Alcalde Carbonero es mucho más que una cita cultural: es el símbolo de un pueblo que se reconoce en su pasado, que recuerda a sus héroes y que abre sus calles a quienes quieren conocer de cerca cómo La Peza se enfrentó, con valor y con ingenio, al poder de un imperio.