Granada se enamora de nuevo de Joaquín Sabina en su despedida sobre el ruedo
Reportaje Ramón Martín
Granada.- Hace apenas unas horas, Granada se despidió de una de esas noches que quedan grabadas en la memoria colectiva: Joaquín Sabina inundó la Plaza de Toros con su voz inconfundible y su lirismo urbano dentro de su gira de despedida “Hola y Adiós”. Desde el primer acorde, el público se entregó con entusiasmo, coreando clásicos como 19 días y 500 noches, Y sin embargo o Peces de ciudad, canciones que han acompañado a generaciones y que fueron celebradas con la complicidad única que solo Sabina sabe despertar.
A sus 79 años, el cantautor se mostró lleno de energía y humor, alternando ironía y ternura, y regalando anécdotas de su relación con Granada, ciudad que marcó parte de su juventud y que hoy resonó en cada canción. Temas como Calle Melancolía o Contigo cobraron una dimensión especial en una noche donde la nostalgia y la alegría caminaron de la mano. La puesta en escena, con luces y proyecciones que acompañaban cada tema, convirtió el ruedo de la Plaza de Toros en un escenario casi cinematográfico, donde cada estrofa parecía un viaje a través de décadas de historias compartidas.
El público, emocionado, asistió a un espectáculo que no fue solo un concierto, sino un homenaje a la trayectoria de Sabina y a la conexión que mantiene con sus seguidores. Lo niego todo y Tan joven y tan viejo se convirtieron en himnos generacionales coreados a pleno pulmón, mientras Noches de boda / Y nos dieron las diez cerraron el bloque principal con la fuerza de los grandes finales. Las canciones, los aplausos y los gestos del artista crearon una atmósfera de celebración y despedida: un hasta luego cargado de intensidad, que quedará en la memoria de todos los presentes.
Este sábado, el ídolo volverá al mismo escenario para repetir la magia, dejando claro que, aunque la gira se acerque a su fin, la música de Joaquín Sabina permanecerá viva en cada corazón que la escuchó.