El Mediterráneo más cálido: la Costa Tropical de Granada roza los 27 grados en pleno otoño
Fotos Paulino Martínez Moré
Motril.– El mar Mediterráneo tiene muchos rostros, pero pocos tan claros y deslumbrantes como el que acaricia la Costa Tropical de Granada. Aquí, entre acantilados que se hunden suavemente en el agua y pequeñas calas de arena dorada, el mar se vuelve cristal. Tan transparente, que permite ver el fondo a varios metros de profundidad. Tan sereno, que refleja el cielo como un espejo.
Las aguas de esta franja litoral —que va desde La Herradura hasta La Rábita, pasando por Almuñécar, Salobreña, Motril, Torrenueva Costa, Carchuna, Calahonda, Castell de Ferro, Castillo de Baños, La Mamola…— son un verdadero tesoro natural. Su pureza no es fruto del azar: detrás hay un compromiso firme con la sostenibilidad y la protección ambiental que convierte este rincón de Andalucía en un referente de calidad y respeto por el entorno.
La Junta de Andalucía, a través de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (AMAYA), vela durante todo el año por la salud del Mediterráneo andaluz. Los controles son constantes: se analizan vertidos, se supervisa la calidad del agua y se cumple con las directrices europeas más exigentes.
Gracias a esta vigilancia exhaustiva, las aguas que bañan la Costa Tropical mantienen ese tono turquesa tan característico, limpio, vivo y lleno de luz.
Mientras otras costas del continente ya sienten el frío, la Costa Tropical de Granada, sigue disfrutando del sol. Este fin de semana, las temperaturas rondarán los 27 grados de máxima y 18 de mínima, una invitación irresistible para alargar el verano y disfrutar del mar en calma.
Pasear por el paseo marítimo de Almuñécar, sumergirse con gafas de buceo en La Herradura o descubrir alguna cala escondida entre los acantilados de Salobreña o simplemente tomar el sol en las playas de Poniente y Granada de Motril, convierten al otoño en un placer casi íntimo. La tranquilidad de la temporada baja y la calidez del clima hacen de este litoral un refugio ideal para escapadas de fin de semana.
El Mediterráneo que baña Granada no solo es hermoso, es un símbolo de equilibrio entre el turismo y la naturaleza. Cada ola que rompe sobre la costa es una muestra de cómo la conservación ambiental y el desarrollo turístico pueden caminar de la mano.
Las aguas claras que atraen a buceadores, fotógrafos y viajeros de todo el mundo son, en realidad, el reflejo de un trabajo constante por mantener viva la esencia de este entorno privilegiado.
La Costa Tropical no necesita artificios: su belleza es transparente. Bajo el sol de otoño, las montañas se acercan al mar, los cultivos tropicales perfuman el aire y el Mediterráneo se muestra más puro que nunca.
Porque aquí, en el sur de Granada, el mar no solo se contempla: se respira, se siente y se agradece.