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El Covirán Granada roza la gesta en Girona y se queda sin premio en el tramo final

El Covirán Granada volvió a vivir una montaña rusa de emociones en su visita a Fontajau, donde cayó por 82-76 en un partido que dejó la sensación de que el equipo estuvo muy cerca de un triunfo que habría impulsado de nuevo su confianza. Tras una primera mitad sólida y prometedora, el conjunto rojinegro terminó cediendo en una segunda parte donde Bàsquet Girona reaccionó con fuerza.

Los de Ramón Díaz llegaban a Girona con el ánimo reforzado después de doblegar al mejor equipo del momento, el Valencia Basket. Y esa inercia positiva se notó desde el salto inicial. El Covirán salió valiente, decidido, y en muchos tramos del primer cuarto logró imponer su ritmo y su eficacia exterior, especialmente con un Costa muy inspirado. El acierto en el triple permitió abrir una brecha significativa (24-35), mostrando un nivel de confianza que recordó al que se vio contra Valencia.

En el primer periodo, el Covirán ya evidenció que estaba listo para competir: 19-27 y buenas sensaciones, con una defensa concentrada y ataques fluidos que castigaban las dudas catalanas. Thomas, Valtonen y Costa lideraban un equipo serio, trabajador y con las ideas claras.

Pero la historia cambió tras el descanso. Un apagón de varios minutos dejó al Granada sin anotar mientras Girona encadenaba un demoledor parcial que dio la vuelta al marcador. Los tiros dejaron de entrar, las pérdidas aparecieron y el equipo se vio obligado a remar a contracorriente mientras el pabellón catalán se venía arriba.

Aun así, este Covirán volvió a demostrar carácter. Cuando el partido parecía escaparse, apareció el orgullo rojinegro desde el perímetro. Thomas clavó dos triples decisivos, Rousselle sumó otro y Valtonen mantuvo viva la esperanza con un acierto que puso el empate a 70 a falta de dos minutos. El equipo se levantó cuando más difícil parecía, agarrándose al encuentro con coraje.

Sin embargo, el tramo final cayó del lado de Girona, impulsado por un imparable Livingston II que marcó la diferencia con otro 3+1 que resultó decisivo. Pese al último intento de Valtonen, el Covirán ya no pudo dar la vuelta al resultado.

La derrota duele porque el equipo compitió, tuvo fases de gran baloncesto y puso contra las cuerdas a un rival que venía de ganar al Barça. Pero también deja señales positivas: la energía, el crecimiento colectivo, la aportación del banquillo y la capacidad para volver al partido cuando parecía perdido.

El apoyo rojinegro, una vez más, no falló. Y el equipo respondió con esfuerzo, entrega y ocasiones reales de victoria. Ahora toca mirar hacia adelante con la convicción de que, si el grupo mantiene este nivel, los triunfos llegarán.

El Covirán Granada cerró el encuentro con Costa (17), Valtonen (16) y Thomas (12) como máximos anotadores, en un Fontajau que registró más de 5.000 espectadores en una jornada intensa de Liga Endesa.