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Un trabajador falleció en el acto al caer de un tejado de una nave mientras realizaba trabajos sin contrato ni medidas de seguridad

Foto Ramón Martín (Motril@Digital)

La Guardia Civil pone a disposición judicial a dos individuos por homicidio imprudente tras accidente laboral mortal

La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a dos personas, de cincuenta y cuarenta y tres años, como presuntos responsables de un delito de homicidio imprudente y otro delito contra los derechos de los trabajadores. Los hechos se producen tras el accidente laboral que costó la vida a un operario que se precipitó desde el tejado de una nave mientras trabajaba sin contrato y sin las medidas de seguridad obligatorias.

El suceso tuvo lugar en un establecimiento del área metropolitana de Granada. El propietario del local había solicitado a una persona la realización trabajos de carpintería metálica en la parte superior del inmueble. Esta persona, que habitualmente trabaja para una empresa del sector, decidió en esta ocasión llevar a cabo el encargo de forma particular y solicitó ayuda a otras dos personas. Durante la ejecución de las obras, dos de los operarios se subieron al tejado de una nave contigua. En un momento dado, se produjo la rotura de un tragaluz, provocando la caída al vacío de uno de ellos, quien falleció en el acto.

La investigación, llevada a cabo por la Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil, ha permitido determinar responsabilidades. Tanto el dueño del establecimiento como el trabajador de la metalistería han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Granada. Se les imputan los delitos mencionados, dado que ninguno de los tres trabajadores contaba con un contrato laboral para este encargo específico y, además, carecían de las medidas de seguridad preceptivas para la realización de trabajos en altura.

La Guardia Civil recuerda la importancia de cumplir con la normativa vigente en materia de contratación y, especialmente, de prevención de riesgos laborales.

Es fundamental que empleadores y contratistas asuman su responsabilidad en la garantía de un entorno de trabajo seguro. La observancia estricta de estas regulaciones es la única vía para salvaguardar la vida y la integridad física de las personas trabajadoras, evitando así tragedias como la ocurrida y eliminando cualquier situación de precariedad que ponga en peligro la integridad y la vida de los trabajadores.