Salobreña: Cangrejos invasores en una acequia. Una nueva amenaza para el ecosistema local
Fotos Ana Sánchez
Motril@Digital 3 de septiembre de 2025.– En una tranquila caminata vespertina por el borde de la acequia que discurre entre el camino de La Guardia y La Caleta, la directora y propietaria de la revista Alhóndiga observó algo que llamó profundamente su atención: en un espacio donde durante años había sido común la presencia de ranas y sapos, ahora predominaban cangrejos de río.
Este hecho, que a simple vista puede parecer anecdótico, es en realidad un indicio claro de una transformación en el equilibrio ecológico del lugar. La especie avistada con claridad en el interior de la acequia corresponde, según análisis visuales, al cangrejo rojo de río (Procambarus clarkii), también conocido como cangrejo americano o crawfish.
Una especie invasora, no autóctona
Este cangrejo no es originario de nuestras aguas. Procedente del sur de Estados Unidos y México, fue introducido en Europa durante el siglo XX, principalmente para su uso en acuicultura y gastronomía. Con el tiempo, y por diferentes medios, acabó colonizando canales, acequias, lagunas y arrozales de diversas regiones, causando profundos impactos ecológicos.
Su presencia en la acequia de La Guardia no se debe a un proceso natural ni a una evolución espontánea. Ha sido, sin lugar a dudas, introducido por la mano del ser humano, ya sea de forma intencional —con fines de pesca o repoblación— o accidental, a través de vertidos o escapes desde criaderos.
Un hábitat perfecto… para reproducirse
El cangrejo rojo de río es una especie extremadamente resistente. Se adapta con facilidad a ambientes de agua dulce, especialmente a zonas de baja corriente y fondo fangoso, como es el caso de esta acequia. Además, tolera niveles bajos de oxígeno y puede sobrevivir en condiciones adversas donde otras especies no lo lograrían.
Estas características han permitido que, una vez introducido, encuentre en esta acequia un hábitat ideal para reproducirse sin control, desplazando a especies autóctonas como los anfibios (ranas, sapos, tritones) y alterando la cadena alimentaria local.
Consecuencias ambientales
La proliferación de esta especie puede tener consecuencias graves para el entorno natural:
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Desaparición de anfibios, por competencia directa o depredación de huevos y renacuajos.
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Alteración del lecho acuático, ya que excavan madrigueras que desestabilizan las orillas.
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Daños en infraestructuras de riego, por la erosión causada en los márgenes de acequias y canales.
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Difusión de enfermedades a otras especies acuáticas.
Prohibidos por ley
La presencia del Procambarus clarkii está regulada en muchas comunidades autónomas de España como especie exótica invasora. Su tenencia, transporte o liberación en medios naturales está prohibida por ley.
Ante situaciones como esta, es importante informar a las autoridades ambientales locales, quienes podrán realizar un control y seguimiento del ecosistema afectado.
Lo que comenzó como un paseo habitual terminó revelando un importante cambio en el ecosistema de una acequia que forma parte del paisaje y la historia de la comarca. Una vez más, la intervención humana, consciente o no, ha alterado el equilibrio natural, y ahora es tarea de todos —administraciones, expertos y ciudadanía— velar por la protección de nuestro entorno más cercano.