Saiko arrasa en casa con un concierto apoteósico en el Nevada de Armilla
Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital)
El joven artista granadino demuestra por qué es uno de los referentes actuales del género urbano en España
Armilla vivió anoche una de sus noches más memorables gracias a Saiko, el fenómeno musical granadino que, con tan solo 23 años, se ha consolidado como uno de los artistas más influyentes del panorama urbano nacional. La explanada del Centro Comercial Nevada se quedó pequeña ante la avalancha de seguidores que acudieron en masa para corear cada una de sus canciones. Desde el primer minuto, el público se volcó con su ídolo, entregándose por completo a su propuesta única: una fusión vibrante de reggaetón melódico, trap agresivo e influencias del pop.
El espectáculo fue un auténtico derroche de energía, intensidad y conexión con sus fans, la mayoría adolescentes, que han encontrado en las letras de amor y desamor de Saiko un espejo generacional. Hits como Supernova —que ya acumula más de 156 millones de reproducciones en Spotify y 22 millones en YouTube— y Polaris sonaron con fuerza en un show que evidenció el impacto de su corta pero meteórica carrera.
Miguel Cantos Gómez, más conocido como Saiko, volvió a su tierra natal como un auténtico profeta. Después de conquistar escenarios fuera de Granada, de España y de su propio Armilla, regresó para vivir un triunfo que tuvo sabor a hogar. No es la primera vez que «peta» un recinto: ya lo hizo en el estadio de Los Cármenes y anoche repitió la hazaña en el Nevada, con miles de voces coreando sus letras hasta el último verso.
Con dos álbumes —Natsukashii Yoru y Sakura— y numerosos sencillos, ha cimentado su estilo y una discografía que le ha valido 17 Discos de Platino y 3 de Oro, Saiko supera los 10 millones de oyentes mensuales en Spotify. En 2024, fue el segundo artista español más escuchado en la plataforma, solo por detrás de Quevedo, con quien además ha colaborado, al igual que con JC Reyes, Lola Índigo o incluso ganándose el respeto de figuras como Melendi, a quien rindió homenaje en Un violinista en el tejado.
Lo que comenzó como el sueño de un joven de barrio hoy es una realidad indiscutible. El “chiquillo de Armilla” ha escalado a lo más alto del género urbano con una rapidez vertiginosa. Y anoche, frente a los suyos, escribió otro capítulo inolvidable de su imparable ascenso.