Motril: El Aula de Pensamiento lleva su experiencia de poesía, vino y estrellas al Castillo de Carchuna
La noche del pasado sábado, el Fuerte de Carchuna –construido en la segunda mitad del s. xviii por orden de Carlos III como estructura de protección de ataques marinos para la zona y catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1985– fue lugar de encuentro para las personas amantes de experiencias culturales, en este caso, de una singularidad especial, todo ello organizada por el Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos con la colaboración de la ELA Carchuna-Calahonda.
No en vano, la apuesta de unir en una misma actividad poesía, vino y astronomía se presentaba como algo insólito y extraño, pero, hilvanado de una manera amena, atractiva y gratificante, hasta el punto de que las personas que decidieron vivir la experiencia y abarrotaron el recinto hasta rebosar el aforo, quedaron entusiasmadas por el devenir de los acontecimientos.
La velada la comenzó con la intervención del profesor y divulgador y fotógrafo astronómico, Juan Luis Cánovas, quien llegado desde San Javier (Murcia), ofreció una charla sobre astronomía para poner en antecedentes a las personas asistentes sobre lo que posteriormente verían con sus propios ojos.
Tras la exposición del profesor Cánovas, la fortaleza se rindió a la voz poética de Lorca, Alfonsina Storni, Elías Nandino o Constanza González Ferrer, bajo la recitación de Alana Gómez Gray y Juan José Cuenca, además de las obras de los poetas locales Francisco Liñán y el reciente Premio de la Crítica de Andalucía, Juan José Castro, quien aprovechó el contexto del entorno para recitar un poema inédito sobre el motivo de la exposición permanente que acoge la propia fortaleza: la Desbandá.
El ambiente poético, amenizado con vino, como suele ser costumbre en el espacio Refugio de Versos del Aula de Pensamiento, fue el impasse y antesala al avistamiento de estrellas y planetas que se pudo disfrutar desde la terraza del castillo con un telescopio profesional y dirigidos por el profesor Cánovas, quien, además, hizo del cielo de la Costa Tropical una pizarra para explicar de manera muy didáctica constelaciones, estrellas y planetas y sus relaciones morfológicas con sus respectivos personajes mitológicos.
Una noche magnífica, agradable, con el sonido y el salitre de la mar rezumando, y un cielo limpio y totalmente oscuro –gracias a la intervención de la ELA de Carchuna–Calahonda, que dispuso el corte del alumbrado urbano de la zona de manera expresa y sincronizada para el momento– fueron el complemento perfecto para una velada especial de la que, ya se está demandando su repetición.

