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Donde nacen los pilotos, donde vive la historia: la base aérea que hizo de Granada tierra de aviadores

Una base aérea pionera que ha formado generaciones de pilotos y mantiene vivo el legado de la aviación en la provincia

Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital).- Granada lleva más de un siglo ligada a la aviación. La Base Aérea de Armilla —hoy sede del Ala 78— es uno de los aeródromos en activo más antiguos de España, y se ha convertido en un símbolo de identidad para toda la provincia. Su origen se remonta a los primeros vuelos en la ciudad durante el Corpus de 1911, que despertaron un entusiasmo popular por la aviación y encendieron la idea de contar con un campo de vuelo propio.

El artífice: Luis Dávila Ponce de León

La consolidación de ese sueño tuvo nombre y apellidos: Luis Dávila Ponce de León, comandante de Ingenieros, aviador y granadino. Con visión técnica y enorme determinación, en 1921 asumió la dirección del proyecto de aeródromo en los llanos de Armilla. Gestionó la financiación con el Gobierno, supervisó las obras y diseñó las instalaciones, desde los hangares hasta los talleres y dependencias.

El 20 de junio de 1922 se inauguró oficialmente el aeródromo, fruto directo de su esfuerzo. Tres años más tarde, el 18 de abril de 1925, Dávila fallecía en acto de servicio en un accidente aéreo. Como reconocimiento a su entrega, por Real Orden de julio de ese mismo año el campo pasó a denominarse “Aeródromo Dávila”. Desde entonces, su nombre quedó ligado para siempre a la historia de la aviación en Granada.

Cada 18 de abril, la Base Aérea de Armilla recuerda a su fundador en un acto solemne que mantiene viva la memoria de quien fue su auténtico artífice.

De aeródromo estratégico a escuela de pilotos

La Guerra Civil situó a Armilla como instalación estratégica. Tras la contienda, en 1946 reabrió al tráfico civil y en 1955 se convirtió en sede de la Escuela Elemental de Pilotos, formando a centenares de aviadores. Entre 1973 y 1979 la base acogió también la fase inicial de instrucción de cadetes de la Academia General del Aire, consolidando su carácter docente.

El salto al helicóptero: nace el Ala 78

En 1980 llegó la gran transformación: el Ejército del Aire creó el Ala 78, heredera de la antigua escuela de helicópteros de Cuatro Vientos. Armilla pasó a ser la referencia nacional en la formación de pilotos y mecánicos de helicóptero, no solo para las Fuerzas Armadas, sino también para Guardia Civil y Policía Nacional.

Por la base han pasado modelos históricos de instrucción —Bücker, AISA, Bell, Hughes, Sikorsky— hasta llegar al EC-120 Colibrí, que durante más de dos décadas ha sido el helicóptero básico de enseñanza. Hoy, el Airbus H135 marca un nuevo ciclo en la formación de los futuros aviadores.

La Patrulla ASPA, embajadora en el aire

En 2003 nació en Armilla la Patrulla ASPA, primera unidad acrobática de helicópteros en España. Su debut público en 2004 abrió un camino que la ha llevado a exhibiciones nacionales e internacionales, convirtiéndose en embajadora de Granada en los cielos del mundo.

Una base viva y cercana

El centenario de 2022 subrayó la importancia de la base y el vínculo con la sociedad granadina. Municipios como Armilla, Alhendín, Ogíjares, Las Gabias o Churriana de la Vega sienten la presencia diaria de esta instalación que, más allá de su misión militar, forma parte del paisaje social, económico y cultural del área metropolitana.

Hoy, la Base Aérea de Armilla y el Ala 78 siguen cumpliendo la misma misión con la que nacieron: formar pilotos y sostener la tradición aeronáutica de Granada. Lo hacen con la vista puesta en el futuro, pero con un legado que recuerda a todos que esta tierra lleva más de cien años escribiendo su historia en el aire.