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El metro de Granada se estrena como espacio cultural con un concierto de Beatriz Pinto en la sala Jiménez Torrecillas

La estación de metro acoge por primera vez un evento cultural en un espacio reconvertido en sala polivalente y bautizado con el nombre de Jiménez Torrecillas

Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital).– Por primera vez en Granada, una estación de metro se convierte en escenario de un evento cultural. La nueva sala ubicada en el interior de la estación Alcázar del Genil abrió sus puertas oficialmente este domingo 21 de julio con un concierto de guitarra a cargo de la joven intérprete portuguesa Beatriz Pinto. Un estreno que no solo inaugura el uso cultural del espacio, sino que marca un hito en la descentralización de la oferta artística de la ciudad.

El acto, respaldado por la Junta de Andalucía, Metro de Granada, el Ayuntamiento y la Fundación Europea de la Guitarra, reunió a autoridades, público melómano y profesionales del sector. No era para menos: la sala, con capacidad para 200 personas, dispone de un sistema que permite retirar sus butacas y transformarla en un espacio diáfano, apto para conferencias, proyecciones o actividades escénicas.

El recinto ocupa un espacio que quedó libre tras la modificación del trazado del metro debido a un hallazgo arqueológico: parte del antiguo albercón nazarí vinculado al palacete de la caza del Eugenil. En lugar de clausurarlo, Metro de Granada optó por darle uso cultural y bautizarlo con el nombre del arquitecto granadino Antonio Jiménez Torrecillas, en reconocimiento a su legado y su vinculación con la ciudad. Torrecillas, fallecido prematuramente, intervino en proyectos clave del Albaicín y la Alhambra, y dejó una impronta profunda en la arquitectura contemporánea granadina.

En palabras de los organizadores, esta sala se sitúa en una suerte de “milla de oro cultural” que va desde el Museo de la Virgen de las Angustias hasta el Palacio de Congresos, pasando por vestigios romanos y moriscos. Se trata de un paso más en el objetivo de sacar la cultura del centro histórico y repartirla por otros puntos de la ciudad.

La inauguración no podía haber tenido un mejor arranque: el sonido de la guitarra, el instrumento más representativo de la música española, interpretado por una artista portuguesa. Beatriz Pinto ofreció un programa exigente y refinado, con piezas de autores españoles y clásicos lusos como Carlos Seixas, compositor barroco cuya obra quedó casi aniquilada por el terremoto de Lisboa de 1755, pero de quien han sobrevivido algunas partituras rescatadas del olvido.

Este primer concierto quedará para la historia como el que dio inicio a una nueva etapa para Granada, en la que el metro deja de ser solo un medio de transporte para convertirse también en un vehículo cultural. Y quién sabe si este modesto pero valiente paso no será una de las piezas que, en 2031, impulsen la candidatura de la ciudad a Capital Europea de la Cultura.