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«El folklore motrileño del siglo XIX, II Parte», por Antonio Peralta Gámez

REFLEJOS MUSICALES

II

Antonio Peralta Gámez (Presidente de la Asociación Musical de la Costa Tropical).-Finalizamos con esta segunda parte la serie de estrofas populares y motrileñas que en la Revista Local y Literaria editó Gaspar Esteva Ravassa en mayo del año 1884 titulada El Folklore: “ ecos del país, notas de la lira popular.”

Si en nuestra primera publicación dimos a conocer las cuartetas populares referidas a la temática amorosa, costumbrista y religiosa, en esta segunda vamos a intentar agruparlas por otras temáticas también interesantes como pueden ser aquellas estrofas que aluden a lugares concretos de Motril, muchos de los cuales han desaparecido o son desconocidos por muchos de nuestros convecinos. Aludirán algunas otras a temas sociales e incluso relacionados con las distintas guerras padecidas por España y en las que nuestros soldados dejaron su joven vida.

Arrancamos con tres cuartetas referidas a lugares de Motril y una cuarta con una filosofía algo extraña:

Dos cosas tiene Motril

que no las tiene Granada

el Cristo del Postiguillo

y el palo de Cantarrana

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Cuando vayas a mi tierra

te saldrán a recibir

la ermita de San Antonio

y el cerro del Polvorín.

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Mira si he corrido tierras

que he estado en la Garnatilla,

en el cortijo Oliveros

y un poquito más arriba.

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No te fíes de Motril

aunque digan bien te quiero

que por una caña dulce

mataron a un artillero.

Las penalidades de la guerra y otros sufrimientos sociales quedaron reflejados en los dichos populares motrileños como los que siguen:

Ojos míos no lloréis

lágrimas tened paciencia

que el que ha de ser desgraciado

desde pequeñito empieza.

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No siento ir a la guerra

ni a mí me espanta la muerte,

yo solo siento morir

porque morir es no verte.

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Cómo quieres que yo vaya

al jardín de la alegría

si se marchitan las flores

al ver las tristezas mías.

 

Cerrramos esta ronda con una cuarteta con sabor calderoniano y más en concreto con perfume al soliloquio de Segismundo de la Vida es sueño:

Para volar nace el ave,

los peces para nadar,

para dar olor la flores,

yo nací para llorar.

La sabiduría popular usa imágenes, términos y expresiones absolutamente admirables. Finalizamos este sencillo trabajo con algunos ejemplos para general regocijo:

Cuando canta la rana

y el sol se pone

el capataz de Burgos

¡qué cara pone!

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Pepe, repepe

canicas de aceite

pimiento molío

¡capitán de los judíos!

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Diga usted lo que le debo

y lo pondré en mi diario,

pues el comer es preciso

y el pagar no es necesario.

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Así que yo considero

que me tengo que morir,

tiendo la capa en el suelo

y me jarto de reír.

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Maldita sean los hombres

el demonio se los lleve

en sacando yo a mi padre

y al moreno que me quiere.

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El once le dijo al doce:

el trece ¿dónde estará?

Y le respondió el catorce:

el quince te lo dirá

que el dieciséis lo conoce.

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Ha venido en el diario

y en el diario ha venido

que aquel que no tenga pelo

que se compre un añadío.