De cante y verso’, a cargo de Esther Crisol y su equipo, emociona uniendo flamenco y poesía de mujeres que alzaron su voz
Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital)
Granada 15-09-2025.- El recital “De cante y verso” transformó la noche en un viaje íntimo y universal a través de la voz, la guitarra y la percusión, reivindicando la fuerza poética de mujeres que escribieron desde los márgenes.
Anoche, el escenario se convirtió en un espacio de evocación donde la música y la poesía se dieron la mano para trazar un recorrido vital y emocional. El espectáculo De cante y verso, con la voz de Esther Crisol, la percusión y efectos de Noelia Arco y la guitarra y teclados de Luis Mariano, ofreció mucho más que un concierto: fue una experiencia mística, un diálogo entre el flamenco y la palabra escrita por mujeres que alzaron su voz cuando hacerlo era un acto de rebeldía.
El programa se estructuró en escenas que iban desde la inocencia de la infancia hasta la afirmación más plena del ser, con textos de poetas esenciales como Concha Méndez, Rosalía de Castro, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Mercedes Pinto o Ángela Figuera Aymerich. Cada pieza, sostenida por una musicalidad contemporánea que abrazó fandangos, soleares, bulerías o tarantos, puso en primer plano la vigencia de unos versos que siguen latiendo con fuerza.
La interpretación de Crisol aportó hondura y claridad a cada palabra, mientras que la complicidad sonora entre Arco y Mariano tejió un entramado de ritmos y armonías capaz de expandir el eco de las voces poéticas. La emoción se desbordó especialmente en el homenaje a Alfonsina Storni con Alfonsina y el mar, convertido en un momento de estremecimiento colectivo.
De cante y verso rindió homenaje a las escritoras que resistieron al olvido y recordó que la belleza puede ser también un acto de justicia. En un tiempo donde aún hay fronteras sobre la palabra y el cuerpo de las mujeres, este recital se erigió en un grito de libertad y memoria.
La velada cerró con un aplauso sostenido, como si el público hubiera entendido que lo vivido no era solo un concierto, sino un regalo que los dioses dejaron caer en forma de música, poesía y resistencia.