«YO SÓLO CUMPLÍA ÓRDENES» por Miguel Ávila Cabezas
Miguel Ávila Cabezas.- En su centro la escena está ocupada por tan sólo una silla en su condición arquetípica de silla. Sobre la misma caerá una luz cenital por lo que permanecerá en penumbra el resto del espacio de la representación. No hay música, no hay nada ni tampoco recurso audiovisual alguno. Transcurridos, como siempre, unos eternos segundos, comparece desde el fondo NETAN, quien permanecerá otros eternos segundos junto al ambiguo respaldo de la silla.
VOZ EN OFF: Siéntese. (NETAN va y se sienta.) ¿Sabe usted por qué se encuentra aquí? (NETAN afirma con la cabeza.) Bien. Pues procedamos. ¿A cuántos niños ha matado usted?
NETAN: (Duda en el cálculo inicial.) No lo sé a ciencia cierta. Después del primero perdí la cuenta. ¿Cientos? ¿Miles? Francamente, no lo sé.
VOZ EN OFF: No lo sabe.
NETAN: No. No lo sé. Qué quiere que le diga. No lo sé. Quizás más de mil o es probable que me quede corto o me pase en la cantidad.
VOZ EN OFF: Muy bien. Usted no lo sabe, pero yo sí. Yo sé que, a fecha de hoy, 3 de diciembre de 2025, usted ha asesinado a más de 20.000 niños. 20.000 niños, y eso sin contar unos cuantos miles de más cuyos cadáveres a buen seguro estarán bajo los escombros llamando, desde el silencio de su muerte, a sus padres, a sus hermanos, a sus amigos, a todos los que no pueden responderles porque también están muertos. 20.000 niños asesinados. ¿Le parecen pocos?
NETAN: Ni pocos ni muchos. Yo solamente me he limitado a cumplir órdenes. Y si a mí se me ordena que mate a 20.000 niños, voy y los mato. Como si fueran treinta o cuarenta mil. Las órdenes están para cumplirlas, sin objeción alguna. Yo soy un soldado.
VOZ EN OFF: No. Usted no es un soldado. Usted es un asesino de masas, de masas indefensas, de masas de niños atónitos a los que les ha arrebatado no solo la vida sino también la posibilidad de descubrir la alegría en un mundo muy diferente al infierno que usted, y el resto de los que son como usted, por omisión cobarde o comisión criminal, ha engendrado.
NETAN: Palabras. Las órdenes son órdenes y no se pueden desobedecer. Además, ellos empezaron primero.
VOZ EN OFF: ¿Es usted consciente de lo que acaba de decir?
NETAN: Por supuesto. Plenamente consciente.
VOZ EN OFF: NO. Ellos, los niños y sus familias, no empezaron primero. Ellos estaban y fueron ustedes los que llegaron y los masacraron de todas las formas posibles en que se puede masacrar a una población sin posibilidad alguna de defenderse de sus balas, sus drones y sus misiles. Para justificar sus crímenes, no se escude usted en hechos y situaciones que no tienen ninguna correspondencia con lo que aquí le estoy lanzando a su alma de mármol imperturbable y frío. Otra pregunta: ¿Se arrepiente usted de sus crímenes?
NETAN: ¿De qué me tengo que arrepentir? Ya le he dicho que yo me limitaba exclusivamente a cumplir órdenes. Y de rango muy superior. Órdenes que venían de muy arriba, más arriba de lo que usted pueda llegar a imaginarse.
VOZ EN OFF: “De muy arriba” dice. ¿Cuánto de muy arriba? ¿De usted mismo? ¿De su conciencia? ¿De la conciencia de quienes son como usted? ¿O de los que carecen de compasión y conciencia como usted y los otros?
NETAN: No. De más arriba incluso.
VOZ EN OFF: Que yo sepa, más arriba está su Dios, si es que existe.
NETAN: (Furioso.) ¿Acaso duda usted de la existencia de mi Dios?
VOZ EN OFF: Mire. Aquí no ha comparecido usted para darnos lecciones de vacua teología.
NETAN: ¿“Darnos” dice? ¿Es que hay alguien más que nos esté viendo y escuchando?
VOZ EN OFF: ¿Usted qué cree?
NETAN: Yo no creo en nada. Usted ha dicho “darnos” y eso implica que hay alguien más aquí (mira hacia todos los lados de la escena e incluso rompiendo la cuarta pared), aunque yo no veo a nadie.
VOZ EN OFF: Ya. No los ve, pero están, existen y saben lo que usted ha hecho y, si otros o su Dios de usted no lo impiden de una vez por todas, seguirá haciendo. (Silencio.) Ya está bien por ahora. ¿Tiene algo que añadir a lo que no ha dicho?
NETAN: Sí he dicho. He dicho básicamente que cumplía órdenes, y eso era y es lo único importante para mí.
VOZ EN OFF: Órdenes…
NETAN: Sí, órdenes.
Oscuro total. NETAN y la silla han desparecido de escena. Y la VOZ EN OFF ha callado. Transcurren unos segundos con el ámbito en absoluto silencio y plena oscuridad. Progresivamente va creciendo la intensidad del cenital que cae sobre la silla en su arquetípica condición de silla. Desde el fondo, comparece NETAN quien permanecerá otros eternos segundos junto al ambiguo respaldo de la silla.
VOZ EN OFF: Siéntese. (NETAN va y se sienta.) ¿Sabe usted por qué se encuentra aquí? (NETAN afirma con la cabeza.) Bien. Pues procedamos. ¿A cuántos niños ha matado usted?

