Motril celebra con esplendor la Solemnidad del Corpus Christi
Una jornada de fe y tradición que une el fervor del presente con la memoria del pasado
Motril volvió a vestirse de gala este domingo 22 de junio para conmemorar una de sus tradiciones más antiguas y entrañables: la Solemnidad del Corpus Christi. La jornada transcurrió entre el fervor popular, el espléndido tiempo veraniego y una cuidada escenografía que recuperó elementos patrimoniales del pasado, despertando emociones en el corazón del centro histórico.
Desde la Iglesia Parroquial Mayor de la Encarnación, el Santísimo Sacramento recorrió las principales calles del casco antiguo, presidido por la imponente custodia del siglo XVII, cuya estructura dorada resplandecía aún más bajo la luz del sol. Como ya es tradición en los últimos años, la procesión comenzó por la puerta sur del templo y finalizó por la puerta norte, en la Plaza de la Libertad, poniendo en valor el simbolismo y la riqueza histórica de ambas portadas.
El cortejo procesional, cargado de significado, se inspiró este año en una imagen del pasado. El cartel anunciador, basado en una fotografía de los años 80 tomada por D. José Marín Herrera, sirvió de guía estética para una puesta en escena que emocionó a muchos. El trono que portaba la custodia lucía los faroles originales de aquella época, un gesto simbólico que conectó generaciones y recuperó parte del imaginario visual de antaño.
Uno de los momentos más entrañables lo protagonizaron los niños y niñas que este año han recibido su Primera Comunión, quienes participaron en la procesión ataviados con sus trajes blancos, acompañando al Santísimo Sacramento con alegría y entusiasmo.
La Hermandad Sacramental de la Iglesia Mayor, junto a la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores, tuvo un papel fundamental en la organización del evento. Desde la corporación destacan “el compromiso, la entrega y la respuesta ejemplar de los hermanos, así como la implicación de tantas personas que han hecho posible esta manifestación pública de adoración al Santísimo”.
A lo largo del recorrido, no faltaron los altares efímeros preparados por devotos y vecinos, así como las tradicionales lluvias de pétalos al paso del Santísimo. Estos gestos de fe y devoción evidencian que el Corpus Christi sigue profundamente vivo en Motril, enraizado en sus calles y en el alma de su gente.