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La UGR demuestra que la interacción entre galaxias potencia la formación estelar

Las galaxias que tienen ‘vecinas’ forman más estrellas que las que se encuentran aisladas

Investigadores del área de Astrofísica y Astronomía de la UGR revelan que el entorno de una galaxia influye en su capacidad de creación estelar

Un equipo científico de la UGR ha demostrado que las galaxias aisladas forman menos estrellas que aquellas de masa similar localizadas en entornos más densos. El estudio identifica la relación lineal entre la masa estelar de una galaxia y el ritmo con el que forma estrellas, el cual aumenta al añadir una o dos galaxias vecinas.

Este trabajo lo firman María del Carmen Argudo Fernández, Salvador Duarte Puertas y Simon Verley, investigadores del grupo de Astrofísica del Departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada.

La investigación relaciona propiedades como la masa estelar, la tasa de formación estelar (ritmo con el que nacen nuevas estrellas por año) y la metalicidad del gas presente en la galaxia (cantidad de metales en el gas ionizado por la actividad de formación estelar). Estas características son sistemáticamente diferentes para galaxias que viven aisladas, respecto a aquellas que tienen a otras vecinas, con las que están físicamente ligadas por la acción gravitatoria de ambas galaxias.

“El aumento de la formación estelar se debe, principalmente, a la interacción entre las galaxias vecinas. Además, en un estudio anterior hemos comprobado que en los tripletes estas interacciones producen una reactivación de los sistemas, entendiendo este proceso como el aumento de la formación estelar en galaxias donde la actividad se estaba apagando”, explica la investigadora de la UGR María del Carmen Argudo.

Implicaciones en la Vía Láctea

La galaxia en la que se encuentra la Tierra, la Vía Láctea, no está aislada, sino que se encuentra en un grupo conformado por tres galaxias masivas físicamente ligadas, junto con la galaxia de Andrómeda y la galaxia del Triángulo, más un centenar de galaxias satélites de menor masa, como las Nubes de Magallanes.

“Nuestra galaxia sería comparable a los tripletes de galaxias estudiados, solo que algunos de nuestros tripletes se encuentran en interacción, como es el caso del SIT-45”, detalla María del Carmen Argudo.

Por el contrario, según el estudio, las galaxias aisladas no tienen ninguna galaxia masiva con la que hayan tenido una interacción, al menos en los últimos cinco mil millones de años, como es el caso de la SIG-423.

“De momento, la Vía Láctea no presenta una actividad de formación estelar muy activa, pero cuando eventualmente comience la interacción con Andrómeda, la cual ocurrirá en unos cinco o seis mil millones de años, nuestra galaxia y la de Andrómeda se ‘reactivarán’, produciéndose un aumento del ritmo de nacimiento de nuevas estrellas en la Vía Láctea”, indica la investigadora de la UGR.

Hasta el momento existía una controversia sobre el efecto del entorno en las relaciones fundamentales entre galaxias con formación estelar. Gracias a este estudio, que usa muestras de galaxias aisladas en comparación con pares y tripletes aislados, seleccionados de forma homogénea y bajo el mismo criterio de aislamiento en el espacio tridimensional, los investigadores han comprobado que el entorno local tiene un efecto en dichas interacciones.

La investigación también ha cuantificado los parámetros de estas relaciones para galaxias aisladas. Estas averiguaciones servirán como referencia en futuros estudios y permitirán saber cómo cambian las galaxias en el tiempo.