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La Guardia Civil esclarece el robo de 2.000 kilos de ajos en Huétor Tájar gracias a la colaboración ciudadana

  • La colaboración entre Guardia Civil, Policía Local, Guardería Rural y los agricultores fue fundamental para dar con el autor de los hurtos 

La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a un hombre de 25 años como presunto autor de un delito continuado de hurto en explotaciones agrícolas de Huétor Tájar, donde se apropió de hasta 2.000 kilos de ajos en plena campaña de recolección. La operación ha sido posible gracias a la coordinación entre la Benemérita, la Policía Local, la guardería rural del municipio y los propios agricultores afectados.

La investigación se activó tras las primeras alertas por parte de los agricultores, quienes denunciaban la desaparición de ajos que dejaban secándose en sus parcelas antes de ser recogidos. Aunque en un primer momento no se habían presentado denuncias oficiales, agentes del Equipo ROCA de la Compañía de Loja, especializados en delitos en el ámbito rural, comenzaron a realizar gestiones ante la posibilidad de que se estuviera cometiendo un delito.

Las primeras pistas llegaron de la Policía Local de Huétor Tájar, que también había recibido información de los hurtos y contaba con indicios sobre un posible sospechoso. Varios testigos situaban a un individuo merodeando por las zonas afectadas.

La colaboración con un guarda rural fue clave para avanzar en la investigación. Éste relató a los agentes que, durante una ronda de vigilancia nocturna, recibió una llamada de un agricultor alertando de que una persona estaba sustrayendo ajos en una parcela. Aunque el autor logró huir del lugar en un vehículo, el guarda pudo facilitar una descripción que resultaría fundamental para identificarlo.

Tras diversas gestiones, los agentes descubrieron que el sospechoso almacenaba los ajos en un anexo de su vivienda, donde los secaba para su posterior venta en mercadillos de la provincia. En el registro se hallaron 1.120 kilos de ajos, además de restos de otros lotes ya comercializados.

El investigado no pudo acreditar la procedencia del producto y acabó confesando los hechos. Gracias a la trazabilidad de las distintas variedades de ajo y a la información facilitada por los agricultores, la Guardia Civil logró identificar a los legítimos propietarios de la mercancía recuperada, que fue devuelta.

La Guardia Civil recuerda la importancia de denunciar este tipo de delitos y destaca el papel esencial de la colaboración entre fuerzas de seguridad, guardería rural y agricultores para combatir los delitos que afectan directamente al sustento de los productores locales.