Granada revive cinco siglos de fe y tradición con la procesión del Corpus Christi
Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital)
Granada volvió a brillar este jueves 19 de junio con una de sus celebraciones más emblemáticas: la procesión del Corpus Christi. Más de cinco siglos de historia —exactamente desde 1497— avalan esta manifestación religiosa y cultural que transforma el corazón de la ciudad en un escenario donde se entrelazan la devoción, el arte sacro y la identidad popular granadina.
Desde primera hora de la mañana, los granadinos comenzaron a llenar las calles del centro histórico, adornadas con toldos vegetales, altares efímeros y alfombras de plantas aromáticas. A las 10:15 h, como marca la tradición, la solemne procesión partió desde la Catedral Metropolitana con la imponente custodia barroco-renacentista de Miguel Moreno Romera como pieza central. Este símbolo, que porta el Santísimo Sacramento, fue acompañado por autoridades civiles y eclesiásticas, hermandades, cofradías y representantes de diversos gremios, en un cortejo que recorrió puntos emblemáticos como la Plaza de las Pasiegas, Mesones, Reyes Católicos y la Gran Vía.
La celebración del Corpus Christi en Granada tiene raíces profundas que se remontan a la Reconquista. Tras la toma de la ciudad en 1492, los Reyes Católicos promovieron esta festividad para afianzar la fe cristiana. Tan solo cinco años después, en 1497, se tiene constancia de la primera procesión, y en 1501, la reina Isabel la Católica donó la primera custodia gótica a la ciudad, marcando el inicio de una tradición que ha perdurado con fuerza hasta nuestros días.
Pero el Corpus granadino no es solo religión. El miércoles anterior, como cada año, tuvo lugar el desfile de la Tarasca, una figura femenina montada sobre un dragón, símbolo de la victoria del bien sobre el mal. Acompañada por gigantes, cabezudos y charangas, la Tarasca ofrece el contrapunto lúdico y satírico a la solemnidad del jueves, captando especialmente la atención de niños y curiosos por igual.
La festividad se enmarca dentro de una semana de feria, con casetas, espectáculos y actividades culturales que refuerzan el carácter dual —religioso y popular— del Corpus en Granada. Y es que, como reza el refrán, “hay tres jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión”. Granada mantiene vivo ese fulgor, año tras año.
La ciudad, engalanada y fervorosa, se convierte así en testigo de una tradición que no solo sobrevive, sino que se renueva, reafirmando su papel como uno de los grandes acontecimientos del calendario cultural y espiritual de Andalucía.