Granada: La Base de Armilla celebra a la Virgen de Loreto con desfile terrestre y aéreo y reconocimiento a sus héroes del aire
Reportaje Ramón Martín (Motril Digital)
La Base Aérea de Armilla y Escuela Militar de Helicópteros–Ala 78 conmemoró este 10 de diciembre la festividad de Nuestra Señora de Loreto, patrona del Ejército del Aire y del Espacio, con un acto institucional que reunió a autoridades civiles, académicas y militares, así como a personal de la unidad, familiares y asociaciones vinculadas a la base. La jornada se desarrolló en la Plaza de Armas siguiendo el programa oficial previsto, que incluyó misa voluntaria, formación y desfile.
La ceremonia incorporó honores, alocuciones y un desfile terrestre y aéreo que puso de relieve la tradición aeronáutica de una base con más de un siglo de actividad. Durante la lectura institucional se recordó el origen de la devoción a la Virgen de Loreto y su vinculación con los aviadores desde 1920, subrayando su papel simbólico como protectora del personal que opera en el ámbito aéreo y espacial.
Uno de los momentos centrales fue la imposición de condecoraciones al personal que ha destacado por su constancia en el servicio, su conducta profesional o su participación en misiones específicas. Entre las distinciones entregadas figuraron diversas modalidades de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, cruces al mérito aeronáutico, reconocimientos por la Operación DANA 2024, menciones honoríficas y recompensas vinculadas a misiones internacionales.
En su intervención, el coronel al mando de la unidad destacó el compromiso del personal civil y militar que sostiene la actividad diaria de la Escuela Militar de Helicópteros, subrayando su papel en la formación de pilotos y mecánicos de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil. También incidió en la relevancia de la unidad en el actual contexto estratégico, marcado por desafíos en ámbitos como el espacio, el ciberespacio y el entorno cognitivo.
El mando dedicó asimismo palabras de agradecimiento a las familias del personal destinado en la base, por su apoyo continuado y por afrontar las exigencias propias de la vida militar. La ceremonia concluyó con los tradicionales vítores institucionales y la interpretación del Himno del Ejército del Aire y del Espacio, poniendo fin a una jornada que renovó el sentimiento de pertenencia y la vocación de servicio del Ala 78.

