Granada: Ayuntamiento, EMASAGRA y regantes sellan un gran pacto hídrico. Nueve millones de m³ de agua regenerada al año, equivalente a un embalse como Quéntar
El Ayuntamiento de Granada, la empresa municipal EMASAGRA y las Comunidades de Regantes del sistema Canales-Quéntar han firmado un Convenio que permitirá desarrollar en la ciudad un proyecto hídrico clave basado en la producción y reutilización de aguas regeneradas procedentes de la Biofactoría Sur y de la EDAR Los Vados. Este acuerdo impulsa la transformación del actual modelo de gestión del agua hacia uno plenamente alineado con la economía circular y con las políticas europeas, nacionales y autonómicas en materia de sostenibilidad y recursos no convencionales.
El objetivo principal del proyecto es reforzar la seguridad hídrica de Granada y su área metropolitana mediante la incorporación de nuevas fuentes de agua regenerada, especialmente destinadas al riego agrícola de la Vega y, en una fase posterior, a posibles usos urbanos en riego de jardines y baldeo de calles. Con ello, la ciudad y la Vega mejoran su capacidad de adaptación ante los episodios de sequía y escasez que afectan de manera creciente al conjunto del país.
La alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, ha subrayado que este paso “sitúa a Granada a la vanguardia de la gestión hídrica sostenible, protege un patrimonio único como la Vega y garantiza nuevos recursos esenciales para la ciudadanía y los sectores productivos”.
Además, la alcaldesa ha destacado que “la reutilización de aguas regeneradas no es solo una solución técnica, es una apuesta decisiva por el futuro de Granada, por la Vega y por garantizar los recursos hídricos que necesitamos para seguir creciendo de forma sostenible.”
El Ayuntamiento habilita suelo en la Biofactoría Sur y la EDAR Los Vados para que las Comunidades de Regantes de Acequia Gorda, Tarramonta, Arabuleila, La Ochava y Ciudad y Tierras de Santa Fe puedan optar al Plan de Aguas Regeneradas para el Regadío en Andalucía (Plan PARRA), impulsado por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía.
Estas infraestructuras permitirán obtener agua regenerada de alta calidad a partir del agua depurada, haciendo posible su uso con todas las garantías para el regadío agrícola.
El impacto sobre la Vega de Granada será especialmente relevante, ya que permitirá disponer de más de 9 millones de metros cúbicos al año de agua regenerada para regadío, equivalente a un nuevo embalse como el de Quéntar, sin estar afectado por los efectos del cambio climático y los riesgos de sequía; siendo posible su ampliación futura hasta regenerar el 80% del agua depurada.
Esta dotación contribuirá a la sostenibilidad de cultivos tradicionales, a la preservación del paisaje agrario histórico y a la reducción de la presión sobre los acuíferos y los recursos superficiales de la cuenca.
Por su parte, EMASAGRA, gestora del ciclo integral del agua en la ciudad, asumirá la actividad de producción del agua regenerada una vez construidas las nuevas instalaciones y autorizadas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. La empresa ya ha iniciado los trámites para la obtención de las licencias necesarias, en una línea de trabajo que permitirá compensar la huella hídrica del municipio y avanzar hacia una gestión más eficiente del recurso.
El acuerdo contempla la creación de una Comisión de Seguimiento formada por representantes de las entidades firmantes, que será la encargada de coordinar los trabajos, resolver las incidencias y verificar el avance de todas las actuaciones derivadas de este protocolo.
En el marco de este convenio, las entidades firmantes han destacado igualmente la ejemplar coordinación entre los distintos usuarios del sistema Canales-Quéntar, como son el abastecimiento urbano y el regadío agrícola. Esta colaboración, basada en la planificación conjunta y en un uso racional y solidario de los recursos disponibles, permitirá diseñar un modelo que mejore las necesidades del sector agrícola y la garantía del suministro para la ciudadanía.
Con esta iniciativa, Granada da un salto cualitativo hacia un modelo de ciudad más resiliente, capaz de anticiparse a los retos climáticos, proteger sus valores ambientales y reforzar su tejido productivo. El Ayuntamiento reafirma así su compromiso con una Granada sostenible, innovadora y preparada para el futuro.

