En un emotivo encuentro durante su visita a Indonesia, el Papa Francisco se reunió con jóvenes de la comunidad de Scholas
Durante el emotivo encuentro junto al Papa Francisco, los jóvenes de Scholas Indonesia pudieron interactuar con el Santo Padre y contarle sobre los dolores que los aquejan durante su vida cotidiana. Su Santidad explicó que la guerra es una derrota para todos.
En un emotivo encuentro durante su visita a Indonesia, el Papa Francisco se reunió con jóvenes de la comunidad de Scholas para dialogar sobre los desafíos actuales y la importancia de la paz. Este evento, cargado de preguntas y reflexiones profundas, reflejó la preocupación de los jóvenes por la desconexión entre ideas y realidades, así como por el aumento de los conflictos en el mundo.
Anna Nurawalia, una voluntaria musulmana de Scholas que fue la host, durante el comienzo de la ceremonia expresó entre lagrimas: “Hoy no es solo una experiencia, sino una transformación extraordinaria para mí. Por primera vez en mi vida, visité, entré y me convertí en parte de una catedral, una iglesia santificada por los católicos, milagrosamente, justo frente a mí, se alzaba la mezquita donde suelo adorar. Y lo que me dio el valor y la determinación para llegar a este lugar, son mi familia y Scholas”, compartió Anna, una voluntaria musulmana de Scholas. Luego agregó: “Después de 2 años de proceso y de estar involucrada directamente con Scholas tanto en Italia como en Liberia, África, Scholas y yo estamos conectados de manera bastante intensa y profunda a través de Zoom, chat, teléfono, redes sociales. En Scholas, actúo como estudiante, voluntaria, maestra, madre, miembro del equipo de trabajo, a veces como una niña y una buena amiga. Con todos los roles que asumo o que me son confiados, Scholas es un hogar para mí que siempre me acoge”
Luego, Bryan, un joven participante de la primera experiencia educativa de Scholas en Indonesia, dio su testimonio y explicó: “En Indonesia estamos acostumbrados a vivir con nuestro lema “Bhinneka Tunggal Ika”, que significa que, aunque seamos diferentes, seguimos siendo uno. O simplemente, unidad en la diversidad.
Pero, durante nuestra experiencia con Scholas, nos dimos cuenta de que algo faltaba en ese lema. Algo no era del todo real. Porque, en realidad, todavía enfrentamos muchos problemas debido a nuestras diferencias. Por ejemplo, la discriminación, el ciberacoso y el “querer agradar a la gente” que nos hace fingir lo que realmente sentimos.
Con Scholas, aprendimos de manera directa, nos enseñaron sin ninguna brecha, lo que nos hizo sentir cómodos para comunicarnos entre nosotros” .
Christine, otra joven participante del evento Scholas Occurrentes x Tunas Bineka, compartió: “Todos tenemos diferentes problemas, algunos relacionados con la discriminación o con diferencias de raza y religión. Yo lo experimenté de primera mano; fui acorralado y rechazado sin motivo. En ese momento, me sentía muy deprimido y ni siquiera sabía qué hacer porque sentía que el mundo no estaba de mi lado.
En esta experiencia, aprendimos que estas diferencias no son malas, sino más bien una belleza única. Aprendimos a unir nuestras diferencias, a construir lazos de unidad y a entender que las diferencias no son un camino hacia la destrucción, sino más bien un paso hacia la unidad”. Para cerrar le preguntó al Papa sobre la enseñanza de paz en tiempos de creciente conflicto.
El Papa Francisco, en su respuesta, subrayó que la guerra es una derrota para todos. Explicó que “la vida va vivida en las diferencias, y si todas las cosas fueran iguales, la vida sería aburrida”. Luego afirmó que “en las diferencias se puede dar la guerra o el diálogo”, e instó a que todos “siempre debemos elegir el camino del diálogo”. Además, destacó que “el deseo de tener todo en la mano es lo que hace la guerra. No está esa capacidad de escuchar, de darse la mano, de caminar juntos. Nosotros tenemos opciones: o hacemos la guerra, nos insultamos o dejamos de hablar los unos con los otros, o hacemos la política de la mano abierta, del abrazo, del amor fraterno. Siempre vayan adelante dialogando, discutiendo, pero siempre juntos. La guerra entre nosotros siempre es una derrota”.
Durante el cierre, el Papa Francisco plantó un árbol de mangroove que representa no solo un símbolo de la lucha contra el cambio climático, sino también un gesto de paz y unidad, similar al olivo que el Papa ha plantado en otros eventos de Scholas alrededor del mundo. El mangroove es crucial para la protección de las costas indonesias y para la biodiversidad, y su plantación es un mensaje claro sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta.
El Santo Padre entró al Poliedro que simboliza el corazón de Indonesia
La escultura del poliedro simboliza el corazón del país, ya que representa la diversidad de Indonesia y está construida con materiales naturales y reciclables, así como con telas que reflejan la riqueza cultural del país. En el interior de la estructura, un santuario guarda objetos personales, fotos, escritos, dibujos y juguetes que dejaron todas las personas que participaron del proyecto.
El poliedro “Hati Indonesia” no solo es una obra de arte, sino también un símbolo de esperanza, unidad y la capacidad de construir un futuro juntos, más allá de las diferencias. Dentro del poliedro el Papa dejó su sueños: un mundo más fraterno.
Previo a entrar al poliedro, el Santo Padre fue recibido por dos internos que participaron en el proyecto desde la cárcel, quienes le entregaron dos esculturas creadas especialmente para él, representando un emotivo gesto de inclusión y esperanza.