El Covirán Granada compite hasta el límite en Andorra, pero cae (86-81) por desgaste en un duelo clave por la permanencia
Foto de archivo Ramón Martín (Motril Digital)
El Covirán Granada salió a Andorra con la convicción de quien sabe que cada partido es una batalla directa por la permanencia. Y durante muchos minutos, pese a las bajas y a un contexto adverso, el equipo de Ramón Díaz sostuvo el pulso con carácter, orden y orgullo competitivo, aunque terminó cayendo en un final marcado por el desgaste físico y el acierto local (83-79).
El arranque fue esperanzador para los granadinos. Con Lluís Costa llevando el timón y marcando el ritmo, el Covirán mostró una puesta en escena sólida, valiente y sin complejos ante un MoraBanc Andorra atenazado por los nervios. La circulación de balón funcionó y el equipo visitante encontró buenas situaciones de tiro, dominando el primer cuarto durante varias fases. Los locales se sostuvieron gracias a Artem Pustovyi, pero el conjunto nazarí mantuvo el control hasta que las acciones individuales fueron equilibrando el marcador. Cinco puntos consecutivos de Kyle Kuric dejaron el primer acto en tablas (22-22), reflejo de la igualdad vivida en la pista.
En el segundo cuarto, el Covirán Granada dio un paso más. Dos triples de Justin McKoy y otro de Kuric impulsaron a los andaluces hasta su máxima ventaja (31-26), obligando a Andorra a remar contracorriente. El dominio en la pintura de Babatunde Olumuyiwa permitió a los visitantes seguir compitiendo con autoridad, pero un parcial de 0-11 cambió el signo del encuentro. Aun así, el Covirán no se descompuso. Resistió los mejores minutos locales y se fue al descanso con vida y sensaciones positivas (42-47), consciente de que el partido seguía completamente abierto.
Tras el paso por vestuarios, el equipo granadino volvió a demostrar su compromiso. Aguantó el empuje inicial de Andorra y se mantuvo en partido hasta el 48-53. Sin embargo, el tercer cuarto empezó a pasar factura. El mayor fondo de armario local y la inspiración de Shannon Evans II inclinaron la balanza con un parcial que dio la vuelta al marcador. Aun así, el Covirán encontró en Luka Bozic un sostén ofensivo para no descolgarse y cerrar el tercer acto con un ajustado 68-65 que dejaba todo por decidir.
El último cuarto fue una prueba de resistencia. Con la baja definitiva de Zach Hankins y un equipo ya muy justo de fuerzas, el Covirán Granada siguió creyendo. Pese al dominio andorrano y a un marcador que llegó a abrirse hasta el 78-69, los de Ramón Díaz no bajaron los brazos. Un triple de Bozic y otro de Matt Thomas devolvieron la tensión al partido y situaron a los granadinos a solo dos puntos a falta de 44 segundos (83-79).
Ahí se quedó el último intento. Faltó energía para culminar la remontada, pero no actitud ni compromiso. El Covirán Granada se marchó de vacío, sí, pero dejando una imagen competitiva ante un rival directo y demostrando que, incluso en condiciones límite, el equipo sigue vivo y dispuesto a pelear cada posesión en la lucha por la permanencia. Una derrota que duele, pero que también refuerza la identidad de un equipo que no se rinde.
MoraBanc Andorra (86)
Quinteto inicial: Evans II (27), Okoye (12), Pons (8), Kuric (14) y Pustovyi (12).
Desde el banquillo: McKoy (6), Udeze (2), Rafa Luz (1), Chumi Ortega (2), Bassas (0) y Rubén Guerrero (0).
Parciales: 22-20, 20-25, 26-18 y 18-16.
Covirán Granada (81)
Quinteto inicial: Lluís Costa (11), Thomas (20), Munnings (2), Bozic (24) y Olumuyiwa (11).
Desde el banquillo: Howard (3), Rousselle (4), Burjanadze (6), Edu Durán (0) y Pere Tomàs (0).
Parciales: 22-22, 25-20, 18-26 y 16-18.
Árbitros: Óscar Perea, Rafael Serrano y Rubén Sánchez Mohedas.
Incidencias: Eliminado Howard por cinco faltas personales (33’). Doble técnica y expulsión del entrenador del Covirán Granada, Ramón Díaz (39’).

