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De la bodega al laboratorio: científicos andaluces convierten residuos del vino y aguas residuales en energía limpia y compuestos industriales

Investigadores de la Universidad de Cádiz y Castilla-La Mancha desarrollan un innovador sistema que genera hidrógeno renovable y ácidos grasos de alto valor con residuos agroindustriales del entorno de Jerez

Un equipo de científicos de la Universidad de Cádiz, en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, ha desarrollado una innovadora tecnología que convierte residuos orgánicos en energía limpia y compuestos con potencial industrial. El proyecto, realizado en el marco de una biorrefinería experimental, combina lodos procedentes de la depuración de aguas residuales con vinazas –residuos líquidos derivados de la destilación del vino– para producir hidrógeno renovable y ácidos grasos volátiles, utilizados en sectores como la química, la alimentación o la cosmética.

Lo revolucionario de este trabajo, financiado por la Junta de Andalucía y fondos europeos FEDER, es el uso de ozono como pretratamiento, una técnica que mejora la descomposición de la materia orgánica antes de someterla a fermentación oscura (un tipo de digestión anaerobia sin luz ni oxígeno). Esta etapa previa incrementa notablemente la producción de biohidrógeno y compuestos de valor añadido.

Los residuos utilizados proceden de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Guadalete y de las vinazas generadas en la bodega González Byass, ambas situadas en Jerez. En lugar de desecharlos, este método los transforma en recursos útiles, fomentando así la economía circular.

Los resultados, publicados en la revista científica Bioresource Technology, muestran que una dosis de 0,018 g de ozono por gramo de lodo sólido es clave para optimizar la generación de hidrógeno y ácidos grasos. Este tipo de hidrógeno puede utilizarse en pilas de combustible, inyectarse en redes de gas o aprovecharse como reactivo en procesos industriales, mientras que los ácidos grasos son empleados como base para bioplásticos, aditivos alimentarios o productos cosméticos.

Además del impacto ambiental positivo, el proyecto ha demostrado ser económicamente rentable, según el análisis de viabilidad incluido en el estudio. La investigación no solo propone una solución tecnológica avanzada, sino que también ofrece una estrategia realista para la valorización de residuos agroindustriales a nivel local.