Miguel Poveda recupera el hogar de Lorca en la Acera del Darro y lo transforma en un espacio vivo para la poesía y la memoria
Reportaje Ramón Martín
El número 50 de la Acera del Darro ya no es una dirección cualquiera. Este lunes, la casa en la que Federico García Lorca vivió con su familia entre 1909 y 1916 fue señalizada con una placa conmemorativa, gracias a una iniciativa del Centro Cultural Federico, impulsada por el cantaor Miguel Poveda. El acto incluyó una visita previa a la inauguración oficial del centro, prevista para el próximo 5 de junio, y una rueda de prensa en la que participaron el actor Juan Echanove y el portavoz municipal Jorge Saavedra. También acudieron numerosas personalidades del ámbito cultural y político, entre ellas el exjuez Baltasar Garzón.
Una casa y una etapa decisiva
La placa descubierta en la fachada no deja lugar a dudas:
“En este edificio vivió Federico García Lorca con su familia de 1909 a 1916.
La casa de la Acera del Darro, entre las de Granada, es la que dejó más recuerdos en Federico por diversas razones,
entre otras porque son esos años de adolescencia los que acusan mayor huella en su obra.”
(Francisco García Lorca)
No se trata de un simple gesto simbólico: fueron los años de adolescencia, de formación musical, de iniciación teatral, de los primeros escritos y de los paseos que configuraron el universo íntimo y creativo de Lorca. Como explicó Miguel Poveda, esta casa representa “el núcleo urbano más lorquiano de todos”.
Miguel Poveda: “Esto es una oda de amor a Federico y a su familia”
Poveda relató cómo una fotografía de un cartel de alquiler lo llevó a interesarse por el inmueble y cómo, guiado por una fuerte intuición, emprendió una cruzada de memoria y creación:
“No podía volver a ser una peluquería. Tenía que volver a ser casa, la casa de Federico”, afirmó.
El espacio ha sido rehabilitado en tiempo récord con la colaboración de personas cercanas como Agustín Barajas y Sergio Ávila, y con el apoyo de vecinos “que mostraron sensibilidad desde el primer día”. Poveda recalcó que no se trata de un museo, sino de un lugar vivo, abierto a lecturas, actividades poéticas, encuentros íntimos y rutas lorquianas.
“Esto es una guarida”, dijo. “Una pequeña casa desde la que mirar el patio y sentir lo que sentía Federico. Es un homenaje no solo al poeta, sino también a su familia, a sus criadas, a su mundo cercano. Es una oda de amor doméstico”.
Juan Echanove: “Los caminos de su vida son tan necesarios como su obra”
El actor Juan Echanove, invitado por Poveda a participar en el acto y a interpretar por la noche Como canta una ciudad de noviembre a noviembre, subrayó la importancia de rescatar no solo la dimensión espiritual de Lorca, sino también la física:
“El mundo entero conoce su poesía, pero no todos saben por dónde caminó, qué ventanas miraba, qué plazas recorría. Esta casa permite entender el origen de esa voz”.
Para él, participar en esta iniciativa fue un honor, y defendió que la cultura viva es la mejor herramienta contra el olvido:
“Aquí no se trata de monumentalizar, sino de recordar desde lo humano. Y esta casa lo logra”.
Un centro lorquiano desde la pasión y la acción
Miguel Poveda explicó que su relación con Granada se consolidó a través del flamenco, de la amistad con la familia Morente y de su admiración por la cultura local. En los últimos seis meses, confesó, “he vivido prácticamente aquí, yendo a la ferretería, la mercería, la imprenta… Ese contacto ha hecho el vínculo más fuerte”. Su objetivo es que el Centro Cultural Federico se convierta en un punto de encuentro para rutas, lecturas y participación ciudadana.
El proyecto ya ha comenzado a expandirse con actividades como la lectura teatral de Echanove, la colocación de otra placa en el Hotel Alhambra Palace, y futuras iniciativas en colaboración con el Ayuntamiento, que ha puesto a disposición el Teatro Isabel la Católica para acoger actos de mayor formato.
Respaldo institucional y proyección futura
El portavoz del gobierno local, Jorge Saavedra, agradeció la iniciativa y destacó el valor de la colaboración entre instituciones públicas y agentes culturales:
“Esto es recuperar parte de la historia de Granada. Y hacerlo con la sensibilidad y el respeto que merece Federico”.
Saavedra enmarcó el acto dentro del impulso de Granada hacia su candidatura como Capital Cultural Europea 2031:
“Joyas como esta casa quedarán para siempre, para Granada y para el mundo”.